Ir a explorar
Para un primer contacto con el municipio, reserve su pase para el castillo de Brissac a su llegada o durante sus primeros días en julio y agosto, así como en temporada baja, para asegurarse la visita de este monumento nacido de una mezcla de estilos medieval y renacentista. Aún habitado por la familia de Brissac, le encantarán sus jardines, el mausoleo de los duques de Brissac y la degustación de los vinos producidos por la finca. Para los más pequeños, no se pierda el Parc de loisirs de l'Etang, que, contrariamente a lo que podría pensarse, no es un estanque de pesca sino un parque infantil. Por un módico precio, podrá pasar allí todo el tiempo que desee, y sus hijos tendrán acceso ilimitado a una amplia gama de actividades, como ciclismo, paseos en poni, montar en burro, natación, deslizamiento, hidropedales y camas elásticas.
Diríjase a Angers para ver el Castillo de los Duques de Anjou y el tapiz del Apocalipsis. Deténgase para descubrir la artesanía de la Maison d'Adam. En esta ciudad, catalogada por su apacible modo de vida, visite los jardines del Arboretum. Aquí podrá relajarse entre árboles centenarios de todo el mundo, mientras los niños disfrutan de las zonas de juego.
En Rochemenier le espera un sorprendente pueblo troglodita. Entre en las granjas subterráneas donde podrá ver una capilla, un gallinero y objetos que atestiguan el pasado del pueblo desde el siglo XIII. Lleve a los niños al Jardin des Kangourous, en La Possonnière, donde a los ualabíes les encanta que les acaricien y los dueños estarán encantados de iluminarle. No muy lejos de allí, no se pierda el Bioparc de Doué la Fontaine, un magnífico zoo que le dará ganas de adoptar uno o varios animales. A dos pasos de estos lugares imprescindibles se encuentra Slow Village, donde el camping ecológico Val de Loire y su ubicación a orillas del río le conquistarán.