Orígenes de las fortificaciones de Vauban en la isla de Ré
Joya de la isla de Ré, las fortificaciones de Saint-Martin-de-Ré son obra de Vauban. Construidas bajo Luis XIV a lo largo de 10 años, de 1681 a 1691, llevan la firma del célebre ingeniero real con su típica arquitectura en forma de estrella.
Únicas por su excepcional tamaño, las fortificaciones de Saint-Martin-de-Ré forman un semicírculo de más de 1,5 km de radio frente al Pertuis bretón y representan 14 kilómetros de murallas. La fortaleza fue concebida para dar cobijo a todos los habitantes de la isla en caso de ataque. Su posición estratégica en el norte de la isla protegía Rochefort y La Rochelle del ataque de los ingleses.
Este lugar declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO destaca por su conservación. Tras perder su función defensiva, la ciudadela de Vauban ha encontrado nuevos usos a lo largo de los siglos y nunca ha sido abandonada. En el siglo XIX, albergó la prisión donde se recluía a los presos antes de ser enviados a Nueva Caledonia y después a la Guayana Francesa. Aquí estuvo encarcelado el capitán Dreyfus. La ciudadela sigue siendo hoy una prisión, y es la mayor cárcel central del país. Su singularidad reside en sus infraestructuras protegidas y su ubicación en el corazón de una zona turística de renombre.
Visita a la ciudadela de Saint-Martin-de-Ré
La ciudadela Vauban de Saint-Martin-de-Ré puede explorarse libremente o descubrirse en mayor profundidad gracias a fascinantes visitas guiadas. Todo el recinto urbano y la ciudadela han sobrevivido, a pesar de algunas modificaciones en las fortificaciones durante la Tercera República.
El recorrido por las murallas ofrece magníficas vistas sobre el océano hasta La Tranche-sur-Mer, al otro lado del Pertuis Breton. Además, un parque urbano hace del recinto un lugar agradable de paseo y disfrute para familias y visitantes. El paseo lleva desde el pequeño puerto de la ciudadela hasta el puerto de Saint-Martin, en el centro de la ciudad. Algunos de los edificios originales siguen intactos: las torres de vigilancia, los pasadizos subterráneos de los distintos bastiones, la capilla, el pabellón de oficiales cerca de la puerta de entrada de la ciudadela, un cuartel y el arsenal. Una parte del emplazamiento está ocupada actualmente por la prisión.
Las tres puertas más notables de la ciudad fortificada -la Puerta de la Ciudadela, la Puerta de Campani al oeste y la Puerta de Toiras al este- presentan decoraciones esculpidas con la efigie del Rey Sol. Las visitas guiadas permiten descifrar estas decoraciones y observar sus diversos símbolos, vinculados tanto a la monarquía como a la vocación militar del lugar.